
Desde muy pequeña
soñaba con caballos y con 7 años mis padres me llevaron por primera vez a montar. Lo tuve claro desde el principio y aquel momento fue el comienzo de lo que ahora es mi vida.
Probé durante años prácticamente todas las disciplinas y finalmente la gran dificultad de la
Doma Clásica me enganchó por completo y decidí dedicarme por completo a dicha disciplina.
Desde entonces no hago otra cosa que luchar por mejorar e intento aprovechar cada oportunidad que se me presenta para aprender.
A día de hoy considero que soy
afortunada por poder dedicarme a lo que em gusta y por seguir disfrutando de ello tanto como el primer día.
Gracias al apoyo incondicional de mi familia he cumplido mi sueño y
soy feliz.